Señores gusto en saludarlos. Estamos hablando de nuestro Jornalero del Mundo, de un gran hombre que dejo huella, que dejó sus mejores frutos, en compañía de su magnífica esposa a lo largo de 32 años de coexistencia, amor y buena voluntad. Recomiendo leerlo pausadamente, con mucho cariño, con todo respeto, con ánimo desprevenido, para luego armar, si es el caso, un dialogo atractivo y constructivo que hayan podido originar estas ideas y vivencias de nuestro querido protagonista.-
Bueno, en aquella actividad de la mercancía prohibida, necesariamente tengo que contarles dos pasajes, bien particulares y ácidos, que a mí me marcaron y a nuestro jornalero resquebrajaron momentáneamente. En el primero fue con la pérdida ò extravío de cuatro camiones repletos de la harina de la que ya hemos hablado. Para nuestro Jornalero era una agonía total, era toda su fortuna y toda su responsabilidad. A la casa de la Calle 9ª llegaron los sujetos que estaban al mando y comando de las acciones de trafico dentro de la ciudad querían y el propósito de ellos era tramarlo, meterle cuento, porque lo único que se escuchaba eran vociferaciones pacíficas de parte y parte, pero NO. Nuestro Jornalero reaccionó de un momento a otro, cerró las puertas de salida de la casa y les puso llave. Los tres susodichos sujetos quedaron por decirlo de alguna manera, apresados en la casa. El Jornalero buscó su revólver con mucha rabia y se devolvió contra ellos amenazándoles y diciéndoles con voz recia y firme “Señores me van a decir dónde está la mercancía y me la van a entregar ya, ò tendré que hacer uso de esta arma” y leslos hombres fueron acorralados en la puerta de salida. Yo estuve mirando y escuchando todos estos acontecimientos desde todas las esquinas y recovecos de la casa. Arreglaron el asunto con un porcentaje algo mayor que el pactado porque era la única manera sana de salir avante en este grave problema. Se fueron los cuatro a entregar y recibir la famosa harina. A DIOS gracias. Era harina y la harina no era de otro costal.
El segundo episodio lo supe porque en parte me lo contó y otra parte lo escuché en conversaciones con sus amigos de aquella actividad que comenzaba a desmoronarse presentaba pérdidas y al menor descuido podía sucumbir. Nuestro Jornalero viajó mucho con motivo de este negocio y por supuesto tuvo que encontrar sinnúmero de personas amigas y enemigas aprovechadas y aprovechables. Estuvo en Centroamérica, en las Bahamas, en Aruba y Curasao, en Jamaica y aquí en Colombia en toda la Costa Caribe incluyendo Puerto Colombia por obvias razones, en Cúcuta, Bogotá, una que otra vez llegaron por el Pacífico, Buenaventura y Tumaco. Por algún motivo, en estas correrías, llegó a entablar amistad con el dueño del periódico, El Diario de la Frontera, de Cúcuta y tanto fue esa mentada relación que este Señor le encontró el lado flaco a nuestro Jornalero y a sabiendas de que estaba boyante le tiró el sablazo por una buena cantidad de dinero en calidad de préstamo si Señores, el Jornalero por ser buena y magnifica persona le concedió la costosa solicitud. Pasó el tiempo y ese Señor si que le mamó gallo…Nunca le pagó, mi Jornalero le hizo varios viajes para cobrarle pero NO… lo robó.-
Todo empezaba a diluirse a desaparecer se veía llegar una pequeña banca-rota lo escribo así para que se entienda que esto no lo amilanaba y es verdad no se amilanó buscó otra fuente de ingresos y se inventó el fabricar repisas de madera, desde luego de diferentes modalidades, mediante una máquina ò sierra circular con la cual cortaba los formatos luego las pintaba y a ofrecer y vender por docenas o por unidades como fuera, qué carajo, pero que va esto no duró arriba de seis meses no daba dividendos
Se enroló entonces con el Señor Chona, un señor adinerado de la ciudad, a quien le propuso fabricar camas para clínicas y hospitales ya que nuestro Jornalero había visto, previas investigaciones, que las utilizadas en ese entonces tenían ciertos defectos y podían mejorarse. El Señor Chona se percató del negocio con la debida y concienzuda visión y aceptó el reto como se dice ahora cuando se quiere llevar a cabo una proeza de grandes magnitudes. Así empezó la Empresa “Manufacturas Metálicas Chonaico” el Señor Chona era el Socio Capitalista el Jornalero el Socio Industrial (Las desventajas que da la Vida) y cuando toca…..toca.-
Mi Jornalero pintó excelente, mejoró su imagen y superó su modus vivendi mas no tanto su modus operandi pues eso de ser y no ser siempre ocasiona dificultades y desventajas que se convertían en menores ganancias materiales, pues, las espirituales permanecían intactas. La Empresa marchaba a las mil maravillas tanto que se diversificó y empezaron a manufacturar sillas y escritorios para oficina y las ventas se multiplicaron a tal punto que los productos eran solicitados por consumidores y distribuidores nacionales. Todo salía a pedir de boca las ganancias eran muy buenas. Eran excelentes, eran tan excelentes que el Señor Chona empezó a atacar al Jornalero, a demeritarle su trabajo, a tratarlo indebidamente, con grosería y mi Jornalero optó por retirarse con un formal y debido arreglo. Era lo más prudente, lo más conveniente, lo más indicado.
No hay mal que por bien no venga y nuestro Jornalero prevenido ya había avizorado un negocio de ferretería solo que no era en la ciudad sino, fuera de ella, en la vecina Población de Rionegro y surgía el temor de los trapos azul y rojo que para ese entonces eran motivo de vida y muerte. En Rionegro se agitaba con gran pasión el trapo rojo y del Jornalero se conocía su acercamiento al trapo azul. Caramba. Pero el Jornalero tenía unos ases bajo la manga, su cortesía, su don de gente, su alegría y ese ánimo desprevenido de caerle bien a todos. Así cayó, como en paracaídas, en Rionegro y le fue bien, pa’que le digo, la ferretería tenía de todo, como en botica, y le llegaban ciudadanos y ciudadanas a negociar toda clase de artículos para reparación, construcción, caza, tiro y pesca, hasta el juego del 5 y 6 se vendía allí. La gente se encontraba a gusto con el nuevo vecino y admiraba y disfrutaba de sus capacidades de negociante y proveedor. Así pasaron 2 y 3 y 4 años y el negocio se mantenía solo mostraba una pequeña gran dificultad. Radicaba el problema en que la actividad bien ejecutada, bien realizada, requería de la atención desde temprano en la mañana y para ello tenía que pernoctar en el sitio y lo más indicado era dormir en el negocio primero para cuidarlo y segundo para no producir gastos de hospedaje. Por esta causa y razón nuestro Jornalero de la Vida empezó a flaquear esos viajes tempranito en la mañana para llegar a abrir el negocio y el viaje en la tarde para regresar a su casita comenzaron a hacer mella y fue cuando aparecieron Lucila y Marcos que resultaron encargándose de los últimos suspiros de este negocio por lo menos durante seis meses estuvieron atendiéndolo, mal que bien, con muy buena voluntad. Mientras tanto el Jornalero ya había comenzado un nuevo trabajo se alió nuevamente con Elvirita y reiniciaron la industria del dulce con un agregado la elaboración de tamales estas actividades hicieron necesario el reclutamiento de varias personas para poder desarrollarlo eficaz y eficientemente recuerdo a Transito pero hay más.-
Mas luego se terminó la producción de dulce para poder entregarse de lleno a la de los tamales que tenían buena demanda localmente y en Bogotá. Tanta fue la venta en Bogotà que fueron encargados Jairo y otras personas para la distribución en esa ciudad, el negocio marchaba bien pero se atravesaron circunstancias muy especiales y transcendentales que conmovieron el alma y el corazón de nuestro Jornalero, la muerte de Gustavo su hijo menor, muy querido. La muerte de Bertha, su amada esposa, la muerte de otros grandes amigos contemporáneos y los conflictos y tristes momentos que acontecieron ò fueron aconteciendo al interior de ese hogar que los momentos alegres y llenos de éxitos satisfacciones y triunfos de sus demás hijos e hijas no lograban romper la amargura de su atribulada mente, de su corazón aniquilado, no se le notaba ò muy poco se le notaba y él seguía en sus quehaceres con uno que otro chiste, uno que otro tarareo de sus tangos preferidos, con los cuales tuvo instantáneas de sueños y de amores. Poco a poco se acababa una gran tarea, poco a poco se acababan las ilusiones y hasta los mismos deseos de vivir pero en su alma y en su corazón permanecían los mejores recuerdos de sus pasos, de su caminar por este mundo. Sus hijos, sus nietos, sus amigos, su familia, sus familiares son los testigos de su trabajo, de su ODISEA dirigida y bendecida por el Dueño de la Vida que lo acompañó hasta el final y lo seguirá acompañando por los siglos de los siglos. Como DIOS así lo ha querido. Y seguro que por allá nos hemos de encontrar.-
POSDATA. No puedo dejar de contar ò hacer saber que el Jornalero del Mundo tuvo otras actividades que no las se ubicar cronológicamente pero que muestran el afán de estar siempre vigente con las cuentas claras (y el chocolate espeso) pues era muy amigo de los bancos y gustaba yo diría gozaba con su cuenta corriente en el Banco Comercial Antioqueño era muy importante para él mantener este status.
Tuvo dos fuentes de soda (ahora cafeterías) una en la Cra 16 llegando a la Clle 34 y la otra en la Cra 15 cerca a la esquina de la 33, tuvo tienda en una esquina de la Plaza de la Concordia y para variar fue fabricante de chicha, con nobles propósitos, para los bazares de la Parroquia Cristo Rey, de los Dominicos, todo un auténtico jornalero del mundo, pa’l mundo.-
Les agradezco sus comentario sobre este pequeño trabajo dedicado a la Familia Ramírez García, Amigos y Familiares.-
Ojalá alguien se encargara de recopilar fotos de aquellas épocas para hacer un collage ò un mosaico de invaluable valor y consideración.-
Bueno, en aquella actividad de la mercancía prohibida, necesariamente tengo que contarles dos pasajes, bien particulares y ácidos, que a mí me marcaron y a nuestro jornalero resquebrajaron momentáneamente. En el primero fue con la pérdida ò extravío de cuatro camiones repletos de la harina de la que ya hemos hablado. Para nuestro Jornalero era una agonía total, era toda su fortuna y toda su responsabilidad. A la casa de la Calle 9ª llegaron los sujetos que estaban al mando y comando de las acciones de trafico dentro de la ciudad querían y el propósito de ellos era tramarlo, meterle cuento, porque lo único que se escuchaba eran vociferaciones pacíficas de parte y parte, pero NO. Nuestro Jornalero reaccionó de un momento a otro, cerró las puertas de salida de la casa y les puso llave. Los tres susodichos sujetos quedaron por decirlo de alguna manera, apresados en la casa. El Jornalero buscó su revólver con mucha rabia y se devolvió contra ellos amenazándoles y diciéndoles con voz recia y firme “Señores me van a decir dónde está la mercancía y me la van a entregar ya, ò tendré que hacer uso de esta arma” y les
El segundo episodio lo supe porque en parte me lo contó y otra parte lo escuché en conversaciones con sus amigos de aquella actividad que comenzaba a desmoronarse presentaba pérdidas y al menor descuido podía sucumbir. Nuestro Jornalero viajó mucho con motivo de este negocio y por supuesto tuvo que encontrar sinnúmero de personas amigas y enemigas aprovechadas y aprovechables. Estuvo en Centroamérica, en las Bahamas, en Aruba y Curasao, en Jamaica y aquí en Colombia en toda la Costa Caribe incluyendo Puerto Colombia por obvias razones, en Cúcuta, Bogotá, una que otra vez llegaron por el Pacífico, Buenaventura y Tumaco. Por algún motivo, en estas correrías, llegó a entablar amistad con el dueño del periódico, El Diario de la Frontera, de Cúcuta y tanto fue esa mentada relación que este Señor le encontró el lado flaco a nuestro Jornalero y a sabiendas de que estaba boyante le tiró el sablazo por una buena cantidad de dinero en calidad de préstamo si Señores, el Jornalero por ser buena y magnifica persona le concedió la costosa solicitud. Pasó el tiempo y ese Señor si que le mamó gallo…Nunca le pagó, mi Jornalero le hizo varios viajes para cobrarle pero NO… lo robó.-
Todo empezaba a diluirse a desaparecer se veía llegar una pequeña banca-rota lo escribo así para que se entienda que esto no lo amilanaba y es verdad no se amilanó buscó otra fuente de ingresos y se inventó el fabricar repisas de madera, desde luego de diferentes modalidades, mediante una máquina ò sierra circular con la cual cortaba los formatos luego las pintaba y a ofrecer y vender por docenas o por unidades como fuera, qué carajo, pero que va esto no duró arriba de seis meses no daba dividendos
Se enroló entonces con el Señor Chona, un señor adinerado de la ciudad, a quien le propuso fabricar camas para clínicas y hospitales ya que nuestro Jornalero había visto, previas investigaciones, que las utilizadas en ese entonces tenían ciertos defectos y podían mejorarse. El Señor Chona se percató del negocio con la debida y concienzuda visión y aceptó el reto como se dice ahora cuando se quiere llevar a cabo una proeza de grandes magnitudes. Así empezó la Empresa “Manufacturas Metálicas Chonaico” el Señor Chona era el Socio Capitalista el Jornalero el Socio Industrial (Las desventajas que da la Vida) y cuando toca…..toca.-
Mi Jornalero pintó excelente, mejoró su imagen y superó su modus vivendi mas no tanto su modus operandi pues eso de ser y no ser siempre ocasiona dificultades y desventajas que se convertían en menores ganancias materiales, pues, las espirituales permanecían intactas. La Empresa marchaba a las mil maravillas tanto que se diversificó y empezaron a manufacturar sillas y escritorios para oficina y las ventas se multiplicaron a tal punto que los productos eran solicitados por consumidores y distribuidores nacionales. Todo salía a pedir de boca las ganancias eran muy buenas. Eran excelentes, eran tan excelentes que el Señor Chona empezó a atacar al Jornalero, a demeritarle su trabajo, a tratarlo indebidamente, con grosería y mi Jornalero optó por retirarse con un formal y debido arreglo. Era lo más prudente, lo más conveniente, lo más indicado.
No hay mal que por bien no venga y nuestro Jornalero prevenido ya había avizorado un negocio de ferretería solo que no era en la ciudad sino, fuera de ella, en la vecina Población de Rionegro y surgía el temor de los trapos azul y rojo que para ese entonces eran motivo de vida y muerte. En Rionegro se agitaba con gran pasión el trapo rojo y del Jornalero se conocía su acercamiento al trapo azul. Caramba. Pero el Jornalero tenía unos ases bajo la manga, su cortesía, su don de gente, su alegría y ese ánimo
Mas luego se terminó la producción de dulce para poder entregarse de lleno a la de los tamales que tenían buena demanda localmente y en Bogotá. Tanta fue la venta en Bogotà que fueron encargados Jairo y otras personas para la distribución en esa ciudad, el negocio marchaba bien pero se atravesaron circunstancias muy especiales y transcendentales que conmovieron el alma y el corazón de nuestro Jornalero, la muerte de Gustavo su hijo menor, muy querido. La muerte de Bertha, su amada esposa, la muerte de otros grandes amigos contemporáneos y los conflictos y tristes momentos que acontecieron ò fueron aconteciendo al interior de ese hogar que los momentos alegres y llenos de éxitos satisfacciones y triunfos de sus demás hijos e hijas no lograban romper la amargura de su atribulada mente, de su corazón aniquilado, no se le notaba ò muy poco se le notaba y él seguía en sus quehaceres con uno que otro chiste, uno que otro tarareo de sus tangos preferidos, con los cuales tuvo instantáneas de sueños y de amores. Poco a poco se acababa una gran tarea, poco a poco se acababan las ilusiones y hasta los mismos deseos de vivir pero en su alma y en su corazón permanecían los mejores recuerdos de sus pasos, de su caminar por este mundo. Sus hijos, sus nietos, sus amigos, su familia, sus familiares son los testigos de su trabajo, de su ODISEA dirigida y bendecida por el Dueño de la Vida que lo acompañó hasta el final y lo seguirá acompañando por los siglos de los siglos. Como DIOS así lo ha querido. Y seguro que por allá nos hemos de encontrar.-
POSDATA. No puedo dejar de contar ò hacer saber que el Jornalero del Mundo tuvo otras actividades que no las se ubicar cronológicamente pero que muestran el afán de estar siempre vigente con las cuentas claras (y el chocolate espeso) pues era muy amigo de los bancos y gustaba yo diría gozaba con su cuenta corriente en el Banco Comercial Antioqueño era muy importante para él mantener este status.
Tuvo dos fuentes de soda (ahora cafeterías) una en la Cra 16 llegando a la Clle 34 y la otra en la Cra 15 cerca a la esquina de la 33, tuvo tienda en una esquina de la Plaza de la Concordia y para variar fue fabricante de chicha, con nobles propósitos, para los bazares de la Parroquia Cristo Rey, de los Dominicos, todo un auténtico jornalero del mundo, pa’l mundo.-
Les agradezco sus comentario sobre este pequeño trabajo dedicado a la Familia Ramírez García, Amigos y Familiares.-
Ojalá alguien se encargara de recopilar fotos de aquellas épocas para hacer un collage ò un mosaico de invaluable valor y consideración.-
Aqui un Tango de sus Preferencias.-